Del pensamiento a la acción

La fuerza de voluntad es el combustible que impulsa la acción para lograr lo que deseas. Debes comenzar el día con lo más difícil, con las cosas importantes. En la mañana, busca pasar del pensamiento a la acción lo antes posible, porque tu voluntad es limitada y finita; se agota, independientemente de la actividad que realices.

Tu único enfoque debería ser mejorar en lo que haces. Estudia a los grandes, a quienes ya han alcanzado lo que tú quieres lograr, y observa cómo piensan, cómo trabajan, qué los hace consistentes. Si solo tuvieras un par de horas al día para avanzar, enfócalas en aquello que te acerca un poco más a tus metas.

La claridad no se obtiene pensando, sino avanzando, intentándolo y adaptándote sobre la marcha. Esperar la perfección es quedarse estancado. El progreso supera a la perfección. El único atajo real en la vida es tomar acción cada día, porque a veces simplemente tienes suerte, y nunca te perderás de un día de suerte si lo intentas todos los días.

Haz lo que puedas, con lo que tengas, donde estés.

Theodore Roosevelt

El ego

En el camino del progreso te encontrarás con la barrera mental del ego: esa voz interna que te impide reconocer tus debilidades con objetividad y aprender de ellas.

Debes enfrentarlo con humildad, aceptando que aún tienes cosas por mejorar y que cada paso adelante comienza con la disposición a aprender.

Ley de acumulación

Ley de acumulación: Todo cuenta. No solo cuenta lo que tú quieres que cuente; todo cuenta.

Si lo que estás haciendo ahora no te está acercando a tus metas, probablemente te esté alejando. Debes hacer fácil evitar las cosas y las personas que no te ayudan a lograrlas, y difícil evitar las que sí te acercan a ellas. Se trata de fricción.

Si quieres facilitar algo, elimina la fricción. Si quieres dificultarlo, aumenta la fricción.

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